La leche de soja es cada vez más accesible y es un tipo de leche consumida por más personas. A diferencia de la leche de vaca, la leche de soja no contiene un azúcar llamado lactosa. Esto hace que la leche de soja sea una buena alternativa para las personas intolerantes a la lactosa, lo que significa que no pueden digerir este azúcar sin problemas. La leche de soya fortificada puede ser una buena fuente de proteínas, hierro, vitaminas B y calcio.
También es bajo en grasas saturadas y colesterol. Sin embargo, según algunos estudios, en algunos casos, la leche de soja puede ser dañina y debe consumirse con precaución.
Las alergias alimentarias son el proceso por el cual su propio sistema inmunológico ve un alimento como una sustancia extraña dañina y lo ataca. La sustancia nociva de la leche de soja, a saber, el alérgeno, es un grupo de proteínas. En respuesta a este alérgeno, su cuerpo libera histamina y otras sustancias químicas en el torrente sanguíneo, lo que causa síntomas alérgicos.
Las alergias a la leche de soja y otros productos no suelen ser muy graves, pero pueden ser incómodas. Los síntomas de la alergia a la soja incluyen enrojecimiento de la piel, hormigueo en la boca, picazón o hinchazón de la piel, dolor abdominal, secreción nasal o dificultad para respirar. Las reacciones muy graves a la leche de soja son extremadamente raras.
Uno de los daños de la leche de soja es para los hombres. La leche de soja y otros productos de soya contienen un tipo de proteína llamada isoflavonas. El consumo excesivo de isoflavonas ha disminuido la fertilidad en estudios con animales. Un estudio de 2008 encontró que consumir alimentos de soya reducía la densidad de los espermatozoides.
Beber leche de soja puede interferir con la capacidad del cuerpo para absorber los medicamentos para la tiroides. Además, pueden surgir problemas si hay una deficiencia de yodo u otros problemas con la tiroides. Las isoflavonas en la leche de soja pueden reducir el yodo en el cuerpo, lo que puede hacer que la tiroides no funcione correctamente. Sin embargo, dado que la mayoría de la gente en nuestro país consume sal yodada, la pérdida de yodo con el consumo de soja suele estar equilibrada.
La leche de soja contiene fitoestrógenos, una hormona similar al estrógeno. Los fitoestrógenos pueden actuar en cánceres relacionados con hormonas, particularmente cánceres de mama y próstata. Aunque los estudios han arrojado resultados contradictorios, algunos hallazgos sugieren que el consumo de leche de soja y productos de soya puede estimular el crecimiento de las células del cáncer de mama.
Los fitoestrógenos también pueden reducir la eficacia del medicamento contra el cáncer de mama tomoxifeno, por lo que no se recomiendan los productos de soya para quienes toman este medicamento.
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