En el estudio, que examinó a mujeres sexualmente activas y que no tienen muchas relaciones sexuales, se afirmó que la densidad de células T es mayor en las mujeres activas.
Las células T fortalecen el sistema inmunológico y evitan que el cuerpo rechace los espermatozoides y los embriones.
Con relaciones sexuales regulares, el cuerpo de la madre se acostumbra a los espermatozoides y no intenta destruir los espermatozoides que ingresan al cuerpo.
Esto aumenta las posibilidades de quedar embarazada.