El síndrome de Horner se caracteriza por la constricción de la pupila (miosis), la caída del párpado superior (ptosis), la pérdida de sudoración facial (anidosis) y un globo ocular anormalmente inclinado hacia la órbita (enoftalmia). Estos son los cuatro signos clásicos de la enfermedad.
La forma hereditaria y menos común del síndrome de Horner es congénita, pero se desconoce la causa. Más a menudo, el síndrome de Horner es causado como resultado de algún tipo de interacción con los nervios simpáticos que sirven a los ojos. Las causas descritas varían ampliamente, desde una mordedura de serpiente o insecto hasta un traumatismo en el cuello.
Manchas de ojos voladores